
Cuando yo era pequeña, mi madre siempre me compraba los tres reyes magos de chocolate, que colgaba del árbol. Y tenía que esperar pacientemente al día siguiente al de Reyes para comérmelos. Era toda una prueba a la paciencia y la obediencia, que este año voy a ponérsela a mi hija. Será duro para ella, pero he de reconocer que me lo pasaré genial viendo su carita, y enseñándoselas a todo el mundo que pase por casa estos días .
Bueno, pues ya que la Navidad está a la vuelta de la esquina, aprovechamos la entrada para desear que paséis unos días tranquilos y sencillos, en paz y armonía, y que el nuevo año os traiga tanta ilusión como la que tenemos nosotras en este proyecto.