Nuestra amiga Sandra quería celebrar su cumpleaños con una fiesta especial, y ha invitado a 65 personas. Estaba muy nerviosa, porque dudaba respecto al diseño de su tarta de fondant. Tenía que ser una tarta grande, con varios pisos, y quería flores y alguna mariposa. Conjugando los colores blanco, negro, morado y azul. Puedo aseguraros que pocas veces antes una cara había dicho tanto de lo que sentía una persona. Cuando la vio, gritó, rió, saltó, ... y descansó. Estaba muy nerviosa y en ese momento se relajó. Y su fiesta fue un éxito.
Además, aprovechamos que habíamos hecho muchas flores y confeccionamos un ramillete de flores igual que el que corona la tarta, y Sandra lo puso como decoración en la mesa principal de la fiesta. Fue una idea excelente, la repetiremos en próximas fiestas.La verdad es que es una tarta muy bonita, que se puede preparar tanto para cumpleaños como para una boda, incluso para una comunión. El secreto del éxito está en el color de las flores y las cintas, que han de conjuntar con los manteles, la decoración de la sala, el vestido o algún complemente que lleve puesto la persona homenajeada.
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