Y fue ese vínculo el que ayer hizo que Batman sintiera el peligro que estaba corriendo si amigo. Estaba arreglandose en su mansión para ir al cumpleaños de Carlos cuando, de repente, notó un dolor fuerte en su pecho, las palpitaciones de su corazón se aceleraron, y sus nervios se pusieron en guardia.
- ¡Carlos me necesita! Algo anda mal.
Rápidamente cogió su Bat-moto y aceleró al máximo esquivando la circulación de la ciudad de Valencia City. A medida que avanzaba, ese vínculo con Carlos le iba guiando. Sí, si, ya lo tenía claro, el peligro estaba cerca: Carlos estaba en el emblemático rascacielos amarillo CokaCake Building, en pleno centro de la ciudad. Sus oídos superdesarrollados de murciélago captaron la llamada de socorro de Carlos:
- ¡¡¡ Batman !!! ¡¡¡ Socorro !!!
En su mente, Batman repetía "Aguanta Carlos, ya estoy cerca", esperando que él sintiera sus palabras. ¿Cómo había llegado Carlos a esa situación?.
- Claro, ya lo entiendo. Esos malvados saben que si le hacen algún daño a Carlos yo acudiré de inmediato. ¡Malditos sean! Lo que quieren es que yo acuda a rescatarle, para entonces atacarme a mi. Pero no se saldrán con la suya.
Y utilizando uno de sus ingenios, consiguió escalar el edificio y acudir en ayuda de Carlos. Se colocó en el límite de la azotea y le ofreció su mano
- ¡¡¡ Batman !!! ¡¡¡ Socorro !!!
- ¡¡¡ Agárrate Carlos !!!
- Sabía que vendrías
- Sabes que no dejaré nunca que te hagan daño
Y una vez consiguió poner a salvo a su amigo, buscó a sus malvados enemigos y los apresó de inmediato, entregándolos a su amigo policía.
Por fin los habitantes de la ciudad podrían volver a vivir tranquilos. Y Carlos, Batman, sus amigos y sus familias pudieron celebrar felizmente el sexto cumpleaños del niño, con una tarta maravillosa que les recordó las aventuras vividas.
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