viernes, 29 de marzo de 2013

Un clarinete muy dulce



Solo aquellas famílias que tengan un músico en casa saben lo importante que es para ellos su instrumento. Al final parece que sea una extensión más de la persona, o un amigo discreto, que solo habla cuando se le invita. Lo limpian más que a ellos mismos, lo cargan sin que les pese, lo transportan para que les haga compañía, lo cuidan para que siga sonando bien cuando lo saquen. Son compañeros, un conjunto, una pareja. Son difíciles de separar. 
Esta tarta es para un primo clarinetista, que ya sabe lo que es formar parte de una banda, e incluso ganar un dinerillo pasándoselo bien, y haciendo que los demás se lo pasen mejor aun. Habrá que preguntarle qué parte de la tarta ha indultado. Un abrazo




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